El cementerio de Chontamuyo, ubicado en la segunda Vía de Evitamiento, a espaldas de un cementerio privado, en la jurisdicción del distrito de la Banda de Shilcayo, se ha convertido en alternativa para la población de Tarapoto y alrededores para enterrar a sus fallecidos.
El costo es económico y accesible que en cualquier otro campo santo. Los vecinos del asentamiento humano Los Olivos, en la parte baja de Tarapoto, determinaron enterrar a su vecino, Samuel Salas Salas (52), natural de Lamas, quien falleció tras una penosa enfermedad. Debido al estado de abandono en el que se encontraba, ellos asumieron la responsabilidad de velarlo y conducirlo hasta su última morada.
El único lugar donde podían darle cristiana sepultura fue el cementerio de Chotamuyo, ya que contaban con bajo presupuesto conseguido gracias a la solidaridad de personas que conocieron al modesto poblador. Ante la noticia de su muerte, llegaron desde el barrio Wayku de Lamas, sus hermanos y sobrino que lo acompañaron en el último adiós, pero antes, cavaron el pedazo de tierra que compraron.
Justiniano Salas Salas, hermano del poblador fallecido, lamentó que ahora enterrar a los seres queridos cueste tanto. Dijo que el mismo Lamas cuesta de S/ 7 mil a S/ 8 mil soles, pero en el barrio Wayku el precio es S/ 300 soles. Con lágrimas en los ojos, dijo que acompañaba a su último hermano.
Artidoro Tapullima Tapullima, familiar del fallecido nos habló en quechua, dio a conocer sobre el monto excesivo que ahora están cobrando los campos santos en la ciudad. «Es como comprar un lote de terreno para vivir«, indicó.