Aunque los implicados actuaron en legítima defensa, los parientes del fallecido consideran que deberían ser juzgados por homicidio.
Un asalto a mano armada en un billar del barrio Brisas del Aeropuerto de Cúcuta, Norte de Santander (Colombia), dio un giro inesperado cuando las personas que se encontraban dentro reaccionaron contra el ladrón de una increíble manera.
Un joven de 19 años, identificado como Jefferson Andrés Navarro Rueda, ingresó al establecimiento con una arma, pero la comunidad terminó disparándole dos veces. Frente a ello, los familiares de la víctima han pronunciado su dolor e indignación.
De acuerdo con información de las autoridades, el muchacho llegó junto a su cómplice en una moto alrededor de la 1.27 a. m.
Dentro del comercio se encontraban varias personas jugando billar y bebiendo licor. En los videos de las cámaras de seguridad se pudo observar cómo los delincuentes intimidaban a los presentes conforme subían por las escaleras.
Navarro se acercó a una mesa donde se encontraban cuatro hombres. En ese momento, uno de ellos aprovechó un descuido del atacante con la intención de desarmarlo.
En medio del forcejeo se pudo escuchar un disparo que impactó en el pie izquierdo de uno de los asistentes.
El incidente generó furia en los clientes del local, por lo que lograron quitarle el arma y procedieron a lincharlo para luego propinarle un par de balazos. Así, Jefferson Navarro perdió la vida mientras su cómplice escapó del lugar.
Tras los hechos, los familiares del fallecido hicieron pública una carta en la que firmaron que “nadie puede tomar justicia por mano propia” y aseguraron que el ataque debería ser castigado.
“Era el niño de la casa, el menor, como en cualquier hogar de Colombia. Ese niño, sin ninguna experiencia, fue manipulado por diferentes actores y quiso jugar sin medir las consecuencias de sus actos”, escribió la familia, según El Milenio.
El documento precisó que, a diferencia de la información que circula, el joven fue detenido sin piedad por siete hombres, recibió tres disparos y fue golpeados con los tacos del billar.
“La gente alrededor gritaba: ‘Que llegue la Policía rápido, lo están torturando’. A su vez escucharon a Jefferson que gritaba con un tiro en la boca. ‘Perdón, perdón’, dijo. Pero nadie tuvo piedad”, reclamó su familia.
Los parientes afirmaron que los presentes en el establecimiento cometieron un crimen al haber tomado la justicia por sus manos y que deberían responder ante la justicia por homicidio.
“Jefferson pudo haber sido el hermano, el hijo, el yerno o sobrino de alguno de estos siete hombres o familiar de usted que está leyendo esto”, concluyó.
