El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental – OEFA, ordenó la paralización total y el cese de toda actividad económica de la granja Don Pollo ubicada en la ciudad de Lamas, a fin de prevenir, según señala, un daño irreparable al ambiente.
Asimismo, la autoridad de fiscalización ambiental, dictó 21 medidas cautelares a la empresa, ordenadas en cinco 5 ejes de cumplimiento como:
– Paralización inmediata de la actividad económica.
– Retiro programado total de los animales (cerdos y gallinas).
– Clausura inmediata de las instalaciones.
– Disposición sanitaria de los efluentes (excretas y agua de lavado de instalaciones).
– Limpieza y gestión de los residuos sólidos orgánicos (gallinaza y huevos rotos).
A raíz de dicha coyuntura, la empresa, quiere mostrar a la población en general, el trabajo que desarrollan sus 180 colaboradores en las 03 unidades productivas que manejan en la tricentenaria:
– Producción de aves de postura y huevos comerciales.
– Producción porcina.
– Producción de abono orgánico.
Estos productos son distribuidos en la región San Martín, Yurimaguas y región Amazonas.
El recorrido guiado por los profesionales de la empresa, en su mayoría, naturales de la ciudad de Lamas, empezó con las medidas de bioseguridad para ingresar al establecimiento ubicado en un terreno de más de 100 hectáreas, 26 de las cuales, se encuentran ocupadas por los núcleos de producción distribuidos por barreras de seguridad.
El primer núcleo visitado fue de las gallinas de postura en proceso productivo y obtención de huevos comerciales.
El asistente técnico ambiental del grupo Don Pollo, Ing. Jorge Silva, señaló que a lo largo de los 41 años de creación de la granja, han tenido un proceso de cambios e innovación tecnológica que les permite manejar de manera adecuada los productos que saldrán al mercado para ser consumidos por las familias, así como el deshecho adecuado de las excretas o heces que producen las aves.
Mencionó que, de concretarse la determinación del OEFA, cuyos fundamentos para clausurar sus instalaciones no son sostenibles, no sólo ocasionarían el despido de sus trabajadores, también encarecerían los productos alimenticios.
