Rosario Arrascue Ventura, una abuelita que ha criado a sus dos nietas desde que eran bebés, enfrenta hoy una compleja batalla legal para mantener la custodia de las menores, luego de que su madre biológica, quien las habría abandonado hace más de una década, busca ahora recuperarlas.
Las niñas de 11 y 09 años de edad, quedaron bajo el cuidado de su abuela materna tras la muerte de su padre. Desde entonces, Rosario ha asumido plenamente su crianza, brindándoles alimentación, educación, cuidado emocional y un hogar estable. La madre de las menores, Jenifer Tania Gonzales Vásquez, se habría trasladado a la región Amazonas tras el fallecimiento de su pareja, cortando todo vínculo con las menores, según narró la abuela.
«Desde que su papá murió, ella las dejó. Yo las he criado como si fueran mis hijas. Me llaman mamá porque soy la única figura maternal que han tenido«, declaró entre lágrimas Rosario, quien ha iniciado un proceso legal para formalizar la tenencia de sus nietas y evitar una separación que, según ella, podría ser devastadora para las menores.
«Ellas no quieren irse con su madre, no tienen un vínculo con ella, me han elegido a mí, y yo sólo quiero que se respete su voluntad y bienestar«, subrayó Rosario, quien ahora espera que el Juzgado de Familia priorice la estabilidad emocional de las menores y les permita seguir creciendo en el entorno que conocen como su hogar.
En medio del proceso judicial, Arrascue fue denunciada por presunto maltrato infantil. No obstante, exámenes médicos y psicológicos practicados por peritos del Ministerio Público descartaron cualquier indicio de abuso. Las niñas se encuentran en buen estado de salud física y emocional. Dijo que sus nietas han pasado por momentos difíciles, como un mandato fiscal para que les hagan una revisión íntima a las niñas, pedido que las niñas se han negado.
El caso ha generado conmoción en la comunidad, vecinos y allegados expresan su respaldo a la abuela. Para muchos, Rosario no sólo ha asumido un rol de madre, sino que representa el ejemplo de miles de abuelos peruanos que, silenciosamente, sostienen a sus familias frente a la adversidad. El desenlace legal aún está en manos del Ministerio Público y Poder Judicial.