Lo que comenzó como una inocente tarde de juegos terminó convirtiéndose en una lucha contra el tiempo. Jesús Adrián Sangama Sangama, un niño de 12 años, sufrió un accidente que puso en peligro su vida tras caer desde un frondoso zapote en la huerta de un vecino en Huicungo.
La rama que lo sostenía cedió bajo su peso, provocando una caída de varios metros. El impacto en su abdomen fue severo, lo que alertó de inmediato a su madre, quien lo trasladó desesperadamente al centro de salud local. Sin embargo, la gravedad de la lesión obligó a su derivación al Hospital de Bellavista, donde los médicos confirmaron el daño crítico en uno de sus riñones.
Cada minuto era vital. Jesús Adrián fue trasladado de urgencia al Hospital II-2 Tarapoto, donde un equipo de especialistas determinó que sólo una cirugía inmediata podría salvarle la vida. «Cada minuto contaba, fue una operación muy delicada. El paciente tenía un trauma renal de grado 4 con sangrado activo, por lo que se le realizó una nefrectomía, es decir, se le retiró el riñón izquierdo«, explicó el cirujano urólogo Cristhian Heredia Mendoza.
Tras horas de intervención, la cirugía fue un éxito. Hoy, Jesús Adrián se recupera favorablemente, rodeado del amor de su familia y la dedicación del personal médico. «Volver a verlo sonreír es un alivio inmenso«, expresó su madre entre lágrimas de felicidad. Esta historia es un recordatorio del poder de la medicina y la resiliencia de los más pequeños. Jesús Adrián, con su energía inagotable, pronto volverá a correr y jugar, llevando consigo una cicatriz que cuenta su increíble historia de supervivencia. Finalmente, Jesús Adrián agradeció a los profesionales que le salvaron la vida.
